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jueves, 25 de noviembre de 2010

Lucio Angulo: decálogo de manías, rarezas y supersticiones de un MVP (Midium Valoreison Pleier) nacional

En este interesante artículo se relata de forma amena las rutinas que necesita este jugador en su preparación, tanto física como mental, ante un partido.
Este es el decálogo:

1) Bogavante o cocochas con angulas.
Su dieta es invariable salvo que su economía o su mujer se lo prohíban. Jugador flexible: en caso de no poder comer sus típicos platos de rutina, se conforma con una mariscada.
“Sí, la verdad es que soy muy maniático en este aspecto y mi alimentación es básica por eso intento respetar esta costumbre; eso sí, regado todo con un Chardonnay”.

2) Último contacto con Internet.
Tras finalizar la comida su costumbre le dicta conectarse a la red entre quince minutos y dos horas fumando un Partagas.
"Para eso soy muy escrupuloso. Suelo meterme en mis páginas habituales para estar informado: triplepezón.com, basketcachondas.net o dostres-orgia.es. También suelo hablar con mis amigos de temas que me ayuden a desconectar como los conflictos a muerte con mis compañeros, las críticas a los árbitros... En definitiva, temas que no me descentren”.

3) La siesta, como mínimo, de 4 horas.
Muchos equipos ya obligan a estos sufridos deportistas a dormir la siesta. Los jugadores, con férrea disciplina, lo cumplen a rajatabla.
“En ocasiones, cuando no puedo dormir mis 4 horas, ya aviso al entrenador que hoy no estoy a tope. Uno debe ser profesional y saber cuándo va a rendir. Mi hijo a veces me despierta y rompe esta calma entonces sé que ese no va a ser un buen partido, mi mujer dice que perdone al niño... pero hay que ser riguroso y disciplinado y creo que el hecho de que tenga 3 meses no le exculpa”.

4) Andando al pabellón concentrado en su música.Los 2 minutos que separan su casa del pabellón no son óbice para que este joven jugador de 37 años vaya andando al pabellón mientras escucha su música.
“Escucho mucha música pero mi rutina en ese trayecto es escuchar Rondó Veneciano de Luis Cobos; me pone de muy mala leche y encuentro en él mi fuerza para salir con actitud agresiva cada partido”.

5) El más madrugador en llegar al pabellón... ¡para bañarse!
Pese a que el entrenador no los cita hasta más tarde, el jugador maño llega con antelación para seguir su rutina.
“Me gusta entrar en el jacuzzi con alguna ‘perica’ para liberar tensión. Ser jugador de baloncesto no es fácil y encontrar la estabilidad mental necesaria a veces requiere de sacrificios que mucha gente no entiende... como mi mujer.”

6) Vendaje y calentamiento especial.
Tras su sacrificado jacuzzi, el fisioterapeuta le venda los dos tobillos, la muñeca izquierda, le pone los calentadores especiales para su distensión de abductores, la rodillera ortopédica por su operación, la codera para su epicondilitis, su faja para los pequeños problemas lumbares, le da crema que le ayuda a entrar en calor, su barrita energética, la glucosa y las 6 pastillas para ponerse en marcha.
“Sin estas pequeñas ayudas quizás no podría rendir al nivel que me exijo. Bueno, quizás no podría ni levantarme de la cama. A veces el cuerpo te manda señales para saber cuando toca dejar el baloncesto, pero yo por mucho que le escucho no oigo nada respecto a retirada”.

7) Salida al campo y vestimenta.
Sus rutinas van más allá del vestuario y los ritos le persiguen hasta la cancha.
“Una vez que salto a la pista suelo tener la rara costumbre de atarme los cordones. También hago siempre el calentamiento con la ropa interior de mi mujer, sé que esta no es una rareza muy original pues muchos jugadores con los que he coincidido tienen esa misma costumbre con la salvedad que a mí me queda mejor (adjunto el listado de los jugadores en un anexo por si alguien los quiere consultar)".

8) Calcetines largos.
Entre sus costumbres no podía faltar algo sobre su vestimenta.
“Siempre juego con los mismos calcetines, aunque no me gusta hacer publicidad diré, sin que sirva de precedente, que son de la marca ‘Le doq sportiff’, aunque antes usé unos marca ‘Jadidas’ y anteriormente ‘Mike’. Actualmente el club ha cambiado de patrocinador y llevo ‘Sobrevive’. Aunque si pudiera elegir llevaría ese de las dos raquetas cruzadas que mola tanto. Sería feliz y lo celebraría bebiendo una San Miguel o un Powerade viendo La Sexta tranquilo, por que sé que tener una cuenta en Caja Madrid da tranquilidad”.

9) Tiro libre y banquillo.
Su manía consiste en respirar profundamente antes de cada tiro libre y, tras el tiro libre y sólo si es en campo ajeno, extiende el dedo corazón en señal de ánimo. Su sitio en el banquillo también es peculiar.
“Le doy mucha importancia a mis rutinas y más en un tiro libre. En ocasiones mi manía de extender el dedo corazón no es bien entendida. La gente suele ser malpensada por naturaleza. En el banquillo me suelo poner lo más alejado a Filiberto. Bueno, entre tú y yo, no es una manía, es que es un ‘varas’ de cuidado”.

10) Tras el partido, relax.
Una vez acabado el partido este jugador aprovecha para rehuir a sus familiares y en especial a su mujer y reunirse con sus amigos.
“Bueno, sí; después del partido intento como costumbre hacerle ‘la jaula’ a mi mujer para relajarme y tomar un poco de aire. Descansar y desconectar es importante en la vida de un deportista profesional por eso me obligo a salir hasta bien entrada la madrugada para acabar de relajarme mentalmente en algún ‘after’”.
[* Inspirado por http://www.feb.es/NoticiaDesarrollo.aspx?idNoticia=35647 ]

miércoles, 27 de octubre de 2010

Celda 211

Los viajes en bus son duros. Horas en estado fetal, conversaciones bucle y, lo peor, con la misma caterva de todos los días (dicho desde el respeto a esa chusma). Actualmente todo ha cambiado. Jugadores biónicos: cascos, Cd’s, ordenadores, Ebooks, Ipad, PSP... que cuando llegas a una estación y se para, la gente baja en masa pero no para miccionar, como años ha, sino para cargarse. Locos por el enchufe.

Ahora si quieres hablar con alguien es más fácil comunicarte con él mandándole un SMS que gritarle desde tu asiento. Aunque lo que siempre triunfa es una buena película. En este caso, los delegados son una parte fundamental y ellos lo saben. Aquí existen dos opciones si eres delegado:

OPCIÓN NOBLE: Miras una posible película que llevar al autobús. Buscas protagonistas, te informas si el argumento es bueno, te compras el Cinemanía, comparas críticas… Y finalmente pasa tu riguroso corte y te la descarg…te la compras. Llegas al bus todo orgulloso, la pones y a los 2 minutos de película se oye desde el fondo del autobús una voz melodiosa: “¡Pero qué es esta ^^¡%&@!”.

OPCIÓN MALSANA: Te pasas la semana tocándote la barriga. De camino al bus sabes que te van a pedir alguna película. Te paras en la primera gasolinera que te encuentras y compras lo primero que ves; y lo primero que ves es cruel: “Carrera hacia la muerte” de Lorenzo Lamas. Sabes que más daño no puedes hacer. Y lo haces; aún así, la coges. Llegas al bus y te jactas: “¡vaya peliculón que traigo, la va a petar!”. La pones, pasados 2 minutos de película y se escucha desde atrás del bus: “¡Pero qué ^^¡%&@ es esta!”.

Lectura: si has elegido la primera opción y te lo has currado el equipo lo sabe, lo huele (como el miedo) y te dice alguno: “Para el próximo viaje a ver si te lo curras”. Y la has fastidiado por que sabes que hagas lo que hagas nunca acertarás; siempre habrá alguien que se queje. Peeeeero si has escoges la segunda opción te dirán con odio sincero: “tú no vuelves a elegir una película en lo que queda de temporada”. Enhorabuena, lo has conseguido, menos trabajo.

Cabe una tercera opción que es la que se puede dar si se alinean los astros. Tu te descarg… bueno, le compras a una ciudadana asiática una película. Tampoco te lo has currado mucho. La traes al bus, te jactas de tu elección. “¡Esta lo tiene todo!. Es española, buena, tiene un puñao de premios Goya, lo petó en el cine”. Bieeeeeeeeen creando intriga, el batacazo va a ser más fuerte. La masa enfervorecida: “¿Cuál, cuál?”. Con el publico entregado sueltas: “Celda 211”. Por primera vez todos están de acuerdo, “Fenómeno, monstruo, maestro. Hoy por la puerta grande” .La pones ante aclamación popular y de repente en la pantalla… jadeos, suspiros, “o siiiii nenaaaa, ouyeah, dámelo papito”... Desde la parte del fondo del bus, silencio. Desde la parte delantera del bus oyes al entrenador: “Pero que ^^¡%&@ es esta”. Miras la carátula. Cerda 211...

lunes, 27 de septiembre de 2010

Canto a la libertad

Desde que falleció Labordeta llevo tarareando su canción “Albada” y no se me va de la cabeza. Yo crecí escuchando casetes de Jotas Aragonesas, de La Bullonera, de Joaquín Carbonell, de J. A. Labordeta… Mis padres las ponían continuamente hasta que tuvimos una edad imprudente y nos amotinamos contra el sentido común, conquistando el radio casete. Desde ahí hubo una tormenta de música sin criterio.

En el deporte, como en la vida, es bueno tener referencias; gente en la que mirarse, gente con valores que puedan ser imitables. Mis padres lo sabían. Gente que te hable de forma honesta, que te hable de un pasado duro como el cierzo. Gente “desconocida” a la que sientas como un “abuelo”. Alguien quien cantaba con voz grave palabras graves desde un corazón delicado. En el baloncesto la parcela física esta cubierta, en cuanto a iconos, pero la parcela dialéctica se ha de completar y ahí es donde está la búsqueda personal de cada uno. Personas que valgan la pena. Personas que se exponen por el resto. Como decía Bertolt Brecht... "pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.

Tiene que haber gente que esté dispuesta a poner la cara por los otros; esa gente tiene gran valía, por que si pones la cara corres el riesgo que te la partan. Y da igual como te llames, ya seas Scariolo, Marc Gasol o Labordeta...

Para avanzar tienes que saber de dónde vienes. Para subir hay que saber estar abajo. Para saber levantarte tienes que haberte caído. Conocer el pasado es necesario. Labordeta en sus canciones hablaba de libertad, de hermandad, de verdad, pero también de desesperación, de lucha, de angustia... de vida.

Los valores que intentó trasmitir se podrían trasladar al baloncesto perfectamente, por ejemplo en su canción Canto a la libertad dice: “será tuya mi frente”; habla de empatía, de unión incondicional, cualidades fundamentales en un equipo. Canta más tarde “haremos el camino en un mismo trazado”; es la base de cualquier equipo, remar todos en la misma dirección. Sigue “uniendo nuestros hombros para así levantar”, trabajar en un proyecto que hay que sacar delante de forma conjunta, la solidaridad ilimitada. Y si todo esto se hace bien se conseguirá que “los campos desiertos volverán a granar” y el sumo del altruismo está en trabajar no ya para uno mismo sino para los futuros proyectos por venir, al cantar: “también será posible que esa hermosa mañana ni tu ni yo ni el otro, la lleguemos a ver. Pero habrá que empujarla para que pueda ser”.

Nos se ha ido un referente sino que se ha acentuado, no se pierde su discurso sino que se enfatiza, no se difuminan sus palabras sino que se robustecen. Como cantaba el en La albada de la ausencia: “…me marcho por que me empujan, nunca lo hubiera querido. Aunque me voy no me voy, aunque me voy no me ausento, aunque me voy de persona, me quedo de pensamiento”.

Seamos lo más honestos posibles, sabiendo de dónde venimos y cuáles son nuestras raíces, por que como José Antonio decía: “Que no amanece por nada”.

lunes, 2 de agosto de 2010

Oda al CES 2010

Llegamos corriendo al CES,
con “la cabeza en la parra”.
Y en frío y sin vaselina,
nos endosan la pizarra.

La residencia no es mala,
buen ambiente, es extraño.
La comida es diferente,
es comerla e ir al baño.

Las charlas, claras y excelsas,
tienen todo lo que pido.
Por pedirles: “¡pon almohadas!”
por si me quedo dormido.

Llega Alfred, habla de todo.
Habla de hasta la fruta.
Habla que en nuestros equipos,
tendremos hijos de jutas*.

Dormir resulta muy caro,
dormir es una odisea.
“Si yo no duermo, no duermes”.
¡Chinchar, sea como sea!

Los descansos son bien cortos,
es lo que nos da cadencia.
Aunque a veces ni da tiempo,
de soltar la flatulencia.

Como en la “tele” hay de todo:
cultura, cine, sapiencia.
Como en la “tele” tú eliges,
incluso hay Tele-tienda.

Saber de todo es la regla,
hasta lo que no dominas.
“Pase, corte” ¡y pá que leches
son las catecolaminas!

Sale el talento en la cancha,
eres el “coach”, quien dispone.
Sale el genio y la cordura…
salen los “Cuerpos Danone”.

Tomar café no es costumbre,
tomar café ya es un vicio.
Lo tomas y vas a sentarte.
Y te sientas, pero en el servicio.

Alguno no entiende nada,
alguno se ha vuelto loco.
El baloncesto es que cambia:
¿Existe “Triangulo y foco”?

Relajarnos se nos pide,
dejar las evaluaciones.
Es fácil decirlo siempre,
pero toca los bodones*.

Los tutores nos motivan
y nos activan la mente.
Nos ofrecen soluciones.
Si no sabes ya… depende.


*JUTAS: Cuerpo de policía. En relación a que el entrenador siempre es evaluado, ya sea por padres (en periodo formativo) o aficionados y Directiva (en periodo profesional) que en ocasiones, cual policías, parecen buscar, culpables. (“¿Cuela?”).

*BODÓN: Charca o laguna invernal que se seca en verano. Metáfora poética en relación a que en verano, que es época de disfrute, a veces no se tiene lo que se desea (el agua-tranquilidad). (“Ésta si que no entra ni con calzador”).


Dedicada a todos los compañeros, tutores y gente que ha hecho posible que el Curso se llevara a cabo. Trabar conversaciones, intercambiar información, compartir prácticas ha sido una gran experiencia… ¡incluso con la gente del Curso! ¡Eh!

Un abrazo. Nos vemos en las canchas.

viernes, 18 de junio de 2010

Clark Kent

Hay van unas series de reflexiones tras la épica final de la Liga ACB:

- Curioso inicio. Las cuatro primeras canastas del Caja Laboral fueron cuatro bandejas. El Barcelona, el cual se preveía que iba a salir a marcar territorio, permitía sorprendentemente en los inicios...

- La Era de los nuevos bases. Bases que saben cuándo, cómo y dónde. Cuándo hacer una falta, dónde poner el balón, cómo tratar a los árbitros. Actualmente no sólo vale con tomar buenas decisiones, sino tomarlas lo más rápidamente posible o saber como predisponer mejor a un árbitro para contigo. Quien controla el ritmo tiene mucho que ganar. R. Rubio tomando responsabilidad en la prórroga, M. Huertas liderando a su equipo en muchos momentos de la serie. Quizás los dos hombres más determinantes arrastrando muchos minutos.

- La reacción del Barcelona en el tercer cuarto fue un serio aviso. El Barcelona tenía muchas armas y las fue sacando: Zona 1-3-1, denegar las líneas de pase, incremento de la dureza… Pero en momentos puntuales su actitud en la toma de decisiones le frenaron. Demasiado camino por recorrer, demasiada carga que soportar. Estar todo el año como favoritos, como la “liebre” de la carrera, desgasta. Tener tiempo de espera para la serie final y perder ritmo de competición, desgasta. Y eso en momentos donde las fuerzas son llevadas al límite, se nota.

- Un amigo mío dice, de forma muy soez pero muy gráfica por cierto, que el miedo es como una “gas” (eufemísticamente hablando). Cuando lo tienes encima no es agradable, te acompaña y se extiende por donde pasas. Y lo peor es que se huele...

- Ya sabemos que en la TV las imágenes y el tiempo a veces no concuerdan. Pueden ir con algo de retraso. Le ocurrió a mi TV al final del partido antes de la prórroga. La bocina parece que sonó antes de que se acabará el tiempo. También dicen que la TV te hace parecer más gordo. Y sólo hace falta ver un telediario para darte cuenta de que la TV... miente.

- Tiago MVP... no comment. En la NBA sería ya un pívot dominador; aquí, es un regalo.

- La importancia de saber cómo y cuándo se hacen las faltas. Al final del partido Ribas “gasta” dos faltas sobre Navarro, pero el Caja Laboral no estaba en bonus. Por el contrario, en el siguiente ataque el Barcelona hace falta sobre San Emeterio y lo lleva a la línea de tiros libres.

- San Emeterio (Clark Kent) desaparecido gran parte del partido. Descubrimos que no había desaparecido, sino que estaba en la cabina cambiándose para, en la prórroga, salir con la capa y los calzoncillos rojos por fuera del pantalón y dejar una bandeja a lo Superman... rescatando una vez más a los necesitados. ¿Necesitará la selección de sus superpoderes?

- Cambios anímicos brutales en la dinámica del partido. En los minutos finales se pasó en unos segundos de la euforia del Caja Laboral tras triple de Rivas desde la esquina a la embriaguez del Barcelona tras triple anotado más tiro libre de Navarro. Tener control emocional es fundamental en las finales. Ejemplo: tras meter la última canasta Clark Kent Emeterio, todos los jugadores (de su equipo, no del Barcelona) se dirigen a abrazarle. Él, con cara de “chicos, esto no acaba hasta que no canta la gorda”, pide calma. Se ve en su actitud un trabajo de contención de emociones. Primero hay que realizar el trabajo y se debe tener el estado anímico ideal para realizarlo (en la medida de lo posible); luego...

- Carácter ganador. "Preocúpate más por tu carácter que por tu reputación. Tu carácter es lo que realmente eres, mientras que tu reputación es sólo lo que los otros creen que eres". (Dale Carnegie)

jueves, 13 de mayo de 2010

S.

La definición de luchar dicta: “Pelear, combatir, batallar. Tratar de erradicar algo. Esforzarse, bregar, abrirse paso en la vida.

(Perdonad que me tome esta licencia)

S. es un chico como otros muchos. A S. le gustan las cosas de su edad, que son 18 años. Le gusta ir al cine, le gusta estar con sus amigos y le gusta el baloncesto. Tiene la mente rápida y un diálogo impropio de su edad. Se diría que ha madurado 10 años en los últimos meses. Como alguien con prisa que aprende a triple velocidad. Con ganas de comerse la vida y pedir postre porque se ha quedado con hambre.

S. habla con pasión de baloncesto, como quien habla de un vicio mal curado que te reconcome por dentro. Tiene la misma envidiosa pasión de los que aman algo sin condicionantes. Sus palabras salen en cursiva por su constante sonrisa. Sin querer te engancha sin saber por qué. El mejor embajador del baloncesto.

Su familia le mira y admira desde el parapeto de la impotencia. Familia que ha cambiado fortuna por tiempo, patrimonio por abrazos, capital por cariño.

S. va en pijama y unas deportivas sorprenden en sus pies. Parece que en cualquier momento va a saltar a la cancha de la vida y quiere estar preparado. El pijama azul le cae abandonado por su esquelético cuerpo. Ha perdido más de 10 kilos en poco tiempo pero su ánimo llena el espacio por donde pasa. Está contento... o eso parece. Su cabeza ‘pelona’ no le hace perder un ápice de humor y juega a desafiar mi melena. Pero por mucho que se esfuerce nadie en la habitación puede olvidar que S. tiene cáncer.

Lleva más de un año luchando por retornar a la agradable rutina de su vida. Por volver a ir al cine, por volver a ver a sus amigos, por volver a jugar al baloncesto... A su corta edad ha pasado por situaciones que mucha gente teme y reniega. Está jugando su partido más importante y parece machacar una canasta con su sonrisa y su buen humor cada vez que la enfermedad intenta taponarle y minar su ánimo. Hay poco público que asiste al partido. Su familia y poco más. Ellos están pagando un alto precio por un partido que desean que se gane ya. Y no dejan de animar con calladas muestras la implacable lucha de su hijo...

Su padre traba conversación con los que efímeramente pasan por la habitación sin llegar a percibir todo el sacrificio que conlleva tal situación.

En una frase afable su padre me dice: “A ver si hay suerte y ganáis el próximo partido, que lo estáis haciendo muy bien. Además, da gusto ver tu entrega y tu lucha”. S. asiente con su sonrisa perenne.

Y yo me ruborizo. Y sin querer me avergüenzo pensando que son ellos los que nos están dando ánimos. Que son ellos quienes piden suerte para nosotros. ¡Que son ellos los que nos definen como luchadores! Y asiento entregado.

Al día siguiente nosotros ganamos el partido. S. y su familia siguen jugando estoicamente el suyo. Mucha suerte, sois unos luchadores. ¡Ánimo!

“Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo” Robert Browning.

viernes, 26 de marzo de 2010

Jugar con un perro mordiéndote el tobillo

Existen periodistas buenos, los hay pulcros, perfeccionistas, escrupulosos…y los hay destructivos. A estos últimos va este texto al estilo Alvite (o al menos un intento); un periodista de los primeros, los segundos y los terceros.

Al era un periodista que lo más parecido que tenía a un amigo era su dentista. Yo lo frecuentaba eventualmente cuando iba al tanatorio de marcha, nunca supo sociabilizarse muy bien. Pensaba que una amistad era un contrato escrito todo con letra pequeña.

Cuando conocí a Al iba todo de negro. Tras un tiempo le pregunté que por qué no usaba otro color en su ropa, y me dijo con cara de dolor de muelas: “Mira Lu, me ahorra tiempo. Nunca sé cuándo voy a tener que asistir al funeral de algún criticado”.

Se decía que sus crónicas las hacía con un revolver 38 Special. Comentaban que en vez de palabras escupía balas ultramagnum por que aseguraban la pieza. Con él nunca sabías si hablaba en serio. Sus críticas se te agarraban al tobillo como un Doberman amaestrado para matar. Lo malo es que lo hacía lentamente, a golpe de comas.
El día que me invitó a desayunar pensé que se había equivocado. Me preocupé, parecía contento, nunca lo había visto así. Me dijo tranquilamente mientras mojaba su magdalena en el cianuro: “Me han encargado una critica de un pez gordo de la mafia”. Estaba satisfecho, era un tipo que se alegraba de dormir con una cabeza de caballo, decía que le hacía compañía. Al segundo se estaba quejando al camarero de que sus magdalenas estaban demasiado dulces. Al era así, el último piropo que le dirigió a su mujer fue tirarle el café hirviendo a la cara.

Lo vi al tiempo caminando torpemente por la acera; pensé que era a causa del asfalto. Siempre fue un tipo de moverse mejor por el fango. Llevaba una camisa a juego con su frustración. Yo había leído su última crónica al mafioso; dado el tono que le dio Al, el periódico pensó en publicar su crítica en la sección de necrológicas. Me miró, su mirada era como mear sangre. Sabía que algo no iba bien.
Siempre fue un excluido y se jactaba de ello. Tenía enmarcado su cero en gimnasia de la escuela junto a su último examen de próstata. Estaba deteriorado y era raro en Al porque solía llevar su úlcera de estómago como quien lleva un Rolex de oro.

Fue la última vez que lo vi. Fiel a su estilo pidió ser enterrado con una mano fuera y el dedo corazón extendido. Exigió que en su epitafio pusieran “Para vosotros, chusma”. El cura no le dejó; dijo que si dejara a todo el mundo cumplir su voluntad esto sería un aparcamiento para bicis. El cura tardó un minuto en la homilía, lo hacía como si tuviera una pistola en la sien. Soltó su perorata como si leyera la lista de la compra.

A su funeral sólo acudí yo y otra persona oscura vestida totalmente de negro que parecía sonreír, cuando me acerqué no supe si era una mala sonrisa o un lifting hecho por su proctólogo. Resultó ser hermano de Al. Al preguntarle qué le había parecido el sepelio contestó entre el humo del cigarro y su indiferencia: ”Funeral falto de originalidad, vacío, trillado…” Qué ironía. Al estaría contento. Hasta en su funeral había cosechado mala crítica.

*(A veces una critica dura se te agarra al tobillo y juegas como si estuvieses aprendiendo a caminar).

viernes, 26 de febrero de 2010

Diccionario básico de inglés para Baloncesto

ALLEY-HOOP. Acción exagerada, excesiva, recargada. En Aragón se traduce literalmente como: “¡Má! qué alarde”. Innecesaria en la mayoría de las ocasiones. Lance que consiste en coger la pelota en el aire y, sin tocar el suelo, encanastar desoyendo de manera irracional el sonido lastimero de tus rodillas. Éstos, los Alley hoop, son conocidos por los médicos y fisioterapeutas como grandes generadores de trabajo. A ciertas edades o en posiciones determinadas dentro del campo (como la de Base), se sitúan en el plano de “fantasía mental”.

BODY-CHECK. Ejercicio de choque voluntario que se produce contra un contrario. Suele producirse en bloqueos indirectos .Vamos, que ni te va ni te viene y tú vas y te metes. Se utiliza para frenar al atacante en su acción de ventaja. Éste en algunos partidos es menos usado que las palabrotas en un capítulo de Barrio Sésamo. Algún lector curioso se preguntará si no es acción de “falta”. Muchos árbitros también se lo preguntan… pero es de fácil contestación. Es falta dependiendo del nivel de dureza del partido, de los gestos del atacante en cuestión, de la acción anterior (pues puede ser falta por compensación), del nivel de ruido ambiental, de la sensibilidad del pito… del árbitro, de lo que le haya tocado… él mismo el ejecutador del “body check” en cuestión. Bueno, yo creo que ha quedado claro, ¿no?

FLASH. Esta acción se suele producir en bloqueos directos y se realiza para frenar la acción de avance del atacante con balón. Se puede traducir como “aparecer”. Para que nos entiendan todos los hombres, se puede ejemplificar como cuando tu mujer está haciendo la cena y, cuando esta acabando de hacerla, apareces oportunamente por la puerta y sueltas: “¿te ayudo?”. Ella estupefacta te dice: “sí, pon la mesa”. Pero cuando se gira tú ya no estás…

PICK and ROLL. Lance del juego que se traduce por “bloqueo y continuación”. Esta acción suelen “intentar” realizarla los pívots; como es sabido con poco éxito. Actualmente se descubrió por una serie de pinturas y epígrafes hallados en unas vetustas pirámides egipcias que a los “pívots” antiguamente les fue extirpado el cerebelo y se regenero de forma defectuosa a lo largo de los años. Por esto su coordinación y equilibrio es más deficiente que en el resto de las razas. Por dicha razón los pívots no pueden realizar esta maniobra. Aunque como cualquier especie ha evolucionado según el medio y el “pívot” tal como lo conocíamos esta en proceso de extinción. Actualmente su evolución le ha llevado maniobrar en lo que actualmente se denomina: PICK and POP.

PICK and POP. Algunos eruditos del tema lo traducen como “tú arrimate paí dentro a que ten dos guantas que yo ya si eso me quedo por acafuera”. Consiste en un bloqueo directo, tras el cual te abres para afuera. Algún ávido lector se preguntara: “¿y qué peligro tiene un mozalbete de 2.’10 cm. en la línea de 6.75?”. Eso mismo se han preguntado muchas personas… menos los propios “threevots” (pívots cuyo hábitat está en torno a la línea de tres), como se les empieza a denominar a dicha especie. Se podría ejemplificar como cuando en una bronca te están dando de leches cuatro tíos y tú, en posición fetal, ves en un halo de esperanza por el rabillo del ojo llegar a tu amigo de 2.10, con los ojos inyectados en sangre, todo músculo, fuerza y poderío. Y de repente grita airado: “tú no te muevas que voy a por ayuda”. Y… ¡pop!

jueves, 7 de enero de 2010

Contacto con tacto

Los jugadores de baloncesto nos tocamos. Pero no en el sentido en el que escribes: ‘tocar’ en Google y te salen dos mil páginas de “TOCAR”. No, no… Para jugar al baloncesto es necesario el contacto.

Esto que parece una obviedad es tan importante como en la vida misma. Conectar con la gente, conectar con tus amigos, conectar con los compañeros de equipo, se demuestra con actos, palabras y contactos.

Cuando estás en la pista existen dos factores que marcan muchas de las decisiones que se toman. Estos son: el tiempo y el estado anímico.

El tiempo por que en segundos se están tomando decisiones y la falta de éste hace que el idioma que se emplee en el campo se acote hasta límites insospechados. Una palmada (don-de sea, aunque en el culo estimulan más, de hecho según donde se de una palmada puede sig-nificar una cosa u otra; pero eso ya lo trataré en otro texto…), un gesto, una palabra, es una aportación importante y significan muchas cosas. Apoyo, confianza, complicidad, conexión…

El estado anímico hace que una toma de decisión incorrecta se pueda convertir en buena si el estado de ánimo es bueno y hace que los esfuerzos se carguen de resultados si este estado anímico es el propicio. Un gesto de apoyo o una palmada pueden hacer que consigas fuerzas para un sobre esfuerzo que decante el partido.

Por eso me cuesta entender a algunos jugadores más parcos. “Es mi carácter”, refutan. “No me sale, no es natural ese gesto en mí”, argumentan. Recuerdo cuando, siendo yo muy joven, comentaba esto a mi entrenador. Éste me respondió muy tranquilo que le daba igual si era o no mi carácter, pero que a partir de ahora animara. Así empecé a hacerlo y vi que “eso” tam-bién se trabaja. Desde entonces tengo más amigos; siempre tengo alguien que me echa una mano en el campo, fuera de él, en casa limpiando, tengo más pelo… (Me he pasado, ¿no?).

En un partido (no diré de que temporada por si hay represalias) me dediqué a contar la veces que alguien me ofrecía su mano para “chocar” o las ocasiones que notaba una cálida ma-no en mis nalgas. ¿Cuántas veces creen que hubo contacto sólo en el trascurso del calentamien-to (aproximadamente de media hora) de un partido?

¡Ciento siete! Una cantidad nada desdeñable, amiguitos.

Las palabras sueltas no tienen un mensaje si no se enlazan entre ellas. Las notas musi-cales no son nada en si mismas, tocadas sin más. Son importantes y cobran sentido por los intervalos que comparten entre ellas.

Así que, mi consejo de hoy es: tóquense en la calle, pálpense en los fríos ascensores, acaríciense en las duchas… Bueno, igual esto es demasiado, pero ustedes ya me entienden, ¡qué carajo!