Traduce este Blog a: Inglés Francés Alemán Italiano Chino

jueves, 23 de octubre de 2008

Don Ricardo Rubio

Ya está. Ya es mayor de edad. Se acabó lo de Ricky, Ricardito, “peque”, chavalin”...

Desde aquí propongo lanzar la plataforma: “No me llames Ricky. Llámame Don Ricardo, que hay confianza”. De acuerdo, acepto otras propuestas para el nombre de la plataforma. Y cómo no, pido firmas… y dinero que podéis enviar a mi cuenta corriente para vuestra comodidad. (Qué no haría yo por vosotros).

De igual manera que ese gran comentarista y exaltador de masas (¡no! Romay no), Montes, apodó a Aito “Don Alejandro” por meritos propios, yo, desde mi humilde opinión y mi (espero) no tan humilde presupuesto, propongo el cambio de nombre acorde con su merecido estatus a Don Ricardo.

Parece una propuesta ligera, acaso ridícula, acaso estúpida, acaso… (Ya vale, lo he entendido), pero quién no ha tenido un trauma por un apodo injusto o por arrastrar un mote disminuido. ¿Quién llama a su jefe Pedrito, Manuelete? A mi me presentaron a José María Aznar. ¿Sería lo que soy si cuando al saludarle le hubiera dicho afablemente: “¿Qué pasa Chemita?”…? ¿O estaría haciendo monólogos con Alfredo Urdaci?

Después de este introito, felicitar a Don Ricardo y recordar su andadura:

- Palmarés: debuta con 14 años, gana una FIBA Europa (no él solo... le ayudaron algo), gana una Copa del Rey, gana una ULEB Cup, gana una plata Olímpica... y después cumple 18 años. Nunca me habían insultado de esta manera.
- Actuación más destacada: MVP Campeonato Europeo Cadete (51pts. 24reb. 12asis.7rec).
- Pronósticos de futuro: cinco primeras posiciones del Draf del 09/10
- Lo que se ha dicho de él: Larry Bird: ”Su manejo del tiempo es inverosímil”;
Chris Paul: “Lo que ha hecho es una locura”.

Sé que me voy a arrepentir pero… me pregunto: ¿qué había hecho yo a los 18 años?
- Palmares: jugaba en los júnior del CAI, ese año no nos clasificamos... para nada. Subcampeón de mi casa en la especialidad de “bailar flanes”. Campeón de guiñote del Bar Sango.
- Actuación más destacada: matar el 3 con mi As y cantarles las “cuarenta” en la final de guiñote del Bar Sango (ambiente familiar y trato agradable).
- Pronóstico de futuro: Cinco primeras posiciones del INEM 09/10.
- Lo que se ha dicho de mi: tras llegar tarde por sexta vez a un entrenamiento mi entrenador dijo a mi ofuscada madre: “Su manejo del tiempo es impresentable”. En el clasificatorio Junior para acceder al Campeonato de España. Ultima jugada del partido. Yo, henchido de adrenalina, en defensa formada salto sobre tres adversarios para realizar un mate estratosférico. De repente, choco y... rotura de tobillo. El fisioterapeuta del equipo dijo a mi alucinada madre: “Lo que ha hecho es una locura”.

Pero no hay que ser tan negativos, sin ir más lejos ahora aún tenemos cosas en común... A mi también me ha quedado la asignatura de catalán.

lunes, 13 de octubre de 2008

¡¡Sólo es agua, churri!!

“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales; elige pagar hipotecas a interés fijo; elige un piso piloto; elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama…”

Este es el inicio del gran monólogo de la película “Trainspotting”, que sigue y es grandioso. Elegir; qué privilegio y qué castigo en esta sociedad donde las ofertas se multiplican.

El otro día mi novia me dijo: “Vete al ZAS y compra agua” (Mi novia es así, expeditiva; pero me quiere, ¡eh?)

Tened cuidado, amigos. Algo tan inocente puede convertirse en una trampa mortal o en una Guerra Civil con alpargatas.

Cuando volví me dijo con “tonillo” insatisfecho: “¡Ah!, ¿¡ésta has comprado!?”. En este momento sabes que la has cagado. No sabes dónde, ni cuánto, pero la has cagado. Aquí entra mi duda (mal hecho, ante una novia no se duda; ¡se asiente!) y barajé dos opciones para contestar.

OPCIÓN A: Con tono aterciopelado: “Si, cariño, ésta”. (El “cariño” en medio de la frase parece casual pero NO, está estratégicamente pensado. Es la vaselina, el elixir bucal, que suaviza y da frescor)

OPCIÓN B: “Cariño…hay agua que va desde 0’13 a 0’32 € el litro; a golpe de vista unas 12 opciones sin contar las de sabor, con gas… las hay de mineralización débil, de composición equilibrada, indicadas para la salud infantil, recomendadas para prevenir la obesidad, nacidas en el Macizo de Penyagolosa, bajas en sodio, ricas en magnesio y calcio, del manantial de Fontcalta, de precio familiar, del Parque de Montseny (declarada reserva de la biosfera por la UNESCO…casi nada), que purifican el organismo desde el interior (que vete tú a saber cómo se hace eso), de Sierra Nevada, con vierte fácil del manantial de Font Sacalm, agua para beber mientras haces deporte…cariño…cogí la que tenía más cerca”.

Lógicamente ya supondréis qué opción elegí yo, que siempre me he caracterizado por mi carácter…la misma que elegiríais vosotros, claro. (Solución *)

Aquí viene la reflexión; si para elegir algo que es incoloro, inodoro e insípido hay que hacer un Master en Acuíferas y Bioquímica, ¿cómo elegir 12 jugadores más un entrenador con staff técnico incluido de serie y que además funcione? Vale que haya presidentes incoloros, entrenadores insípidos, pero nunca vi jugadores inodoros. Cómo veis una elección clara como el agua.

(*) ¡¡¡¡¡La OPCIÓN A, te crees que estoy loco!!!!!

TODA A UNA PACHANGA LABORAL
(Dedicado a mis amiguetes y a la gente a la que le GUSTA el baloncesto).
Miguelón, un amiguete, me apremia:
- Pero pásate a vernos, tío, ¿qué vas ha hacer? Si van a estar todos: “El Barco”, “Rubencio”, “Villalba”, “El Matu”…
Estoy saturado de baloncesto, pero decido pasarme a verles jugar. Me doy cuenta nada más entrar; no me voy a saturar. “Eso” no es baloncesto. Tendría que ser muy benévolo para definirlo así. (Nota mental: si algún día se me ocurre llegar a ese estado, pedir a alguien que me sacrifique)
La pista de baloncesto se paga a “pachas”, igual que los árbitros (creo que por eso les insultan con tanta saña. Es lo más parecido a la prostitución. Pagar a alguien para que te joda).
Cuando llego, 10 minutos antes del inicio del partido, estoy convencido de haberme confundido de pabellón. Solo hay 4 personas echando unos tiros. Luego me entero de que tienen 20 fichas pero que a duras penas llegan a hacer un quinteto digno (¿he dicho digno?, un quinteto). Veo a Miguelón, el diálogo transcurre así:
- ¡Qué pasa! ¿No empezaba a las 12h?
- Si claro, pero todavía quedan 5 minutos.
- …
(Nota mental: si algún día llego a este nivel de apatía, cuestionadme realmente si debo colgar las botas…y yo con ellas)
Cuando son las 12h., ya son 4 jugadores (¡bien!), los árbitros no están y llega uno lesionado. El diálogo transcurre así:
- (Miguel al lesionado) Cámbiate para que seamos 5 y luego te quitas.
- ¿¡No ha venido ”El Matu”!? Joder este “gachó”…
- …
Empieza el partido a las 12’25, son 4 y medio. A las 12’30 llega “El Matu”. Sale, se pega 2 carreras, le pitan una falta.
- ¡¡ARBITRO SUZNORMAL!!
Le pitan técnica.
(Nota mental: Toma sentido la frase “una retirada es una victoria”).

Mientras tanto ha llegado Diego, todos se alegran y le miran como si fuera una bombona de oxígeno; piden el cambio tres a la vez. ”Rubencio”, apoyado en sus rodillas, se concentra en recuperar oxígeno. Hay un tío corriendo que se parece a mi amigo “Villaba”, pero éste es amorfo, informe, indeterminado... “Barco”, cual boxeador, ha hecho suyo el centro del parquet y va de línea de tres a línea de tres farfullando, “tirar, tirar sin mi”. Miguelón, no pierde la fe: “¡vamos, tíos!”.
Miguelón es un fenómeno que se pega corriendo sin parar de un lado a otro sin ni siquiera mirar el aro; eso es secundario dice, “si esto es para hacer deporte y mantenernos sanos”, dice mientras se enciende un DUCADOS…

Perdemos de 20pts.

En el bar charlamos, nos reímos del otro equipo, bebemos unas cervezas frías, nos desternillamos con la técnica del “Matu”; en fin, nos lo pasamos bien. Se hacen las 15h.
(Nota mental: ”Soizs miz amigros, ossz quieror un huevo, ejto hay ke repetirlo”). Acabamos cantando el himno inventado de nuestro equipo de laboral entre vítores y abrazos.

¡¡¡¡VIVA LA PACHANGA!!!!

viernes, 3 de octubre de 2008

Yo a tu edad

Mis abuelos lucharon en la Guerra Civil. Cuando se arrancaban a contar una historia era como estar leyendo Historia y te ponías a pensar:”Qué leches le voy a contar yo a mis hijos”. Alguna vez en medio del fragor de una batalla te decían: “Yo a tu edad…” y te tenías que callar porque eran historia viva y punto.

De vez en cuando a mi abuelo Lucio, (como mi padre, Lucio, porque antes lo único que se heredaba era el nombre, y con suerte) se ponía todas las medallas de la Guerra (que parecía una vitrina con piernas) y lo oías por el pasillo: ¡clin, clin! Y decías: “¡Mama!, ya viene el abuelo”.
Los abuelos son otra raza, de otra madera… de otro planeta. Ellos empiezan la mayoría de frases con: “Yo a tu edad…” y ahí entra todo. Y cuando digo todo, es TODO. “Yo a tu edad mataba osos”, “yo a tu edad circuncidaba moscas”, “yo a tu edad trabajaba 25 horas al día”. Y no se te ocurría contestar:
- Abuelo, que el día solo tiene 24 horas.
Y él te contestaba airado.
- ¡Yo a tu edad respetaba a los mayores!
Lo malo de esto es que es contagioso, por que de repente si te encontrabas en plena discusión con tu padre y te soltaba:
- Yo a tu edad no contestaba a mi padre.
El abuelo, que lo escuchaba, saltaba:
- Buenoooo, eso de que no…
- ¡Usted cállese, padre! Que no le han dado vela en este entierro.
Piensas que el círculo acaba ahí. Pero no. Sabes que tú lo harás a tus hijos y éstos martirizarán a los suyos.
Lo mejor de esto es que es un “cierrabocas” automático. Porque no puedes contradecirlo. Es pasado prehistórico. Es lo que denomino “pasado de la razón”. Porque si se te ocurre decirle:
- ¡Claro!, es que eso yo no puedo saberlo.
Tu padre se dará una pausa y cabeceando pausadamente te soltará:
- ¡Tú que vas a saber!
Irrefutable.
Esto ya es definitivo. Un mate en la cara con falta y caída de culo. Sólo te queda levantarte, recoger tu dignidad y seguir con cara de poker como si no te importara que 5.000 tíos estén haciendo la ola
Ese “tú que vas a saber” de la adolescencia yo lo comparo al “quítate las gafas” de la niñez. O al no menos peligroso “ven aquí que no te pego”. Cuando te decían eso, estabas listo. Era muy contradictorio para nuestras confusas mentes. Por ejemplo, te pillaban mintiendo y te decían:
- ¡Ven aquí! Que no te pego.
Tú te rebelabas.
- No, papá.
Con tu mejor cara de arrepentimiento.
- ¡¡Que vengas!! Que no te voy a pegar.
Tú te acercabas, semiconfiado y ¡ZASCA! Te cruzaba la cara. Y además tenía el “cuajo” de decir; “¡Hala!, eso por mentir”.
- ¡¿Y tú no me has mentido ahora, o qué?!
Balbuceabas a media voz. Y te contestaba:
- Yo a tu edad…

Ahora de vez en cuando martirizo a algún júnior. Diciéndole que yo a su edad entrenaba tantas o cuantas horas y se me pone la carne de gallina en el corazón (como decía Sabina).

Hace unos meses estuve en el partido de preparación para las Olimpiadas por el 70 Aniversario de Marca, España contra Argentina y cuando un histórico (de los de verdad) me empezó una frase con “yo a tu edad…” se me puso una sonrisa en la cara y pensé: quizás los tiempos no cambien tanto en el fondo…