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martes, 4 de noviembre de 2008

Ilusión perdida

Mario tenía 15 años, decía ser anarquista sin saber muy bien qué era, maneras abandonadas y risa floja, de esas que cuando las oías pensabas que se le habían escapado, de esas que de puro destiempo eran contagiosas. Se sentaba junto a mí y el resto del equipo Cadete en la grada baja cuando íbamos a ver al CAI ZARAGOZA, año 88 (Indio Díaz, Arcega, López Rodríguez...)

Llegábamos una hora antes, comíamos pipas sin parar, nos leíamos tres veces el folleto que repartían. Cuando salían los jugadores, te ponías ya nervioso, comentábamos las zapatillas que llevaban, el estiramiento, las manías... Un día me preguntó: ¿De qué hablarán los jugadores mientras calientan? Los dos nos quedamos callados.

Hoy, Mario es un “tiburón”, uno de esos que es dueño de una inmobiliaria, va con traje todo el día y llega tarde a las citas que suele tener como otros tíos con trajes. Tiene maneras seguras, casi no sonríe y no es anarquista sabiendo lo que significa.

Y seguramente sabe la desilusionante verdad: que los jugadores de baloncesto hablan de cosas tan insulsas como de su coche, de la peli de anoche o del tiempo (“que cómo ha cambiado para el mes que estamos”).

Y seguramente no se cuestiona por qué cambió su ilusión por una RESPUESTA.

A las personas que admiras y mitificas les otorgas habilidades extraordi-narias en cualquier faceta de la vida. Si nos hubieran dicho que los jugadores de baloncesto hablaban de Física Cuántica, nos hubiéramos mirado y habríamos asentido: ¡claro! *

(*) Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

3 comentarios:

Jose María dijo...

Interesante reflexión. Personalmente no considero haber perdido mi ilusión, creo que mas bien la he transformado en otra: inculcar a mis futuros hijos la lucha por sus sueños, y si puede ser saber transmitirle e inclulcarle los mios.

Tyler Whitney dijo...

Lucio, ¿para cuando una entrada explicandonos ampliamente tu concepto sobre los árbitros?1245

Lazarillo en América dijo...

Por supuesto que hablan de física cuántica... ¡No mientas!