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martes, 30 de diciembre de 2008

La buena vida

Feliz año a todos… por si no nos vemos. Y no confíen en que les mande un mensaje al móvil de felicitación. Adivinanza: ¿Cuál es la empresa que más contenta está de que empiece un año nuevo? Telefónica, supongo. Que empieza el año con ingresos…

No divaguemos. Y disculpen que me ponga serio.

Este año no pido nada. Tal como fue el año, supongo que los Reyes Magos estarán ahora mismo en la cola del paro, incapaces de pagar la hierba para sus camellos. Y teniendo en cuenta que vienen de Oriente (se les pone en Babilonia, aunque según el evangelio de San Mateo, única fuente bíblica que los menciona, ni eran Reyes, ni eran tres... de lo de Magos ya ni hablamos) y que no eran cristianos sino seguidores de zoroastrismo o mazdeísmo, (que es el nombre de la religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro), ¿quién va a dar trabajo a tres… o dos Reyes (o ciudadanos de a pie) que provienen de Oriente (o de Irán) ¡y sin papeles!?

Por eso no pido nada a los pobres Reyes. Sólo pido “buena actitud”. Viendo una entrevista a Alex Rovira, quien recientemente a escrito “La buena vida”, nos descubre de qué depende la calidad de nuestra vida o, lo que es lo mismo, la buena vida: “La calidad de nuestra existencia es el resultado de las decisiones que tomamos en cada momento y del cultivo de las actitudes positivas.”

Siendo simplistas la buena vida habita en los gestos más cotidianos, tanto en la vida como en el baloncesto.

“Se dice que las actitudes generan pensamientos; los pensamientos, comportamientos; los comportamientos se traducen en hábitos; los hábitos forjan el carácter y el carácter determina el destino”. Por lo que nuestro destino no nos el algo ajeno.

A veces el pesimismo, la resignación, irrumpen a nuestro paso y depende de nosotros saber cómo afrontarla. No anclarse, ni dejarse atrapar por la dejadez es nuestra responsabilidad.

Edison fue expulsado tres veces de la escuela, ya que su maestro lo consideraba retrasado, y Einstein fue considerado mal estudiante…

Por eso, ánimo a la gente a no ponerse metas, sino a caminar despacio; animo a los chicos a disfrutar con el deporte, pero no ha imponerse objetivos; animo a romper con la inercia natural; animo a todos a coexistir en la parte que nos afecta de la vida de forma consecuente, ya sea en una empresa, en una familia o en un equipo. Ánimo… (me siento una cheerleader).

“Ser honesto consigo mismo es el mejor esfuerzo que un ser humano puede realizar” Sigmund Freud.

martes, 2 de diciembre de 2008

Lo inevitable

Mi madre al otro lado del teléfono me da sus últimos consejos antes de un partido: “Tú no vayas muy fuerte, no te vayas ha hacer daño, que luego mira, el que lo sufres eres tú. Vete con cuidado, ¡sí!, ¡a ganar!, pero que tampoco tienes que hacerlo tú todo...”. Y finaliza:
- Y sobre todo tú no te lesiones.
- Sí, mamá, sí.

Son consejos de madre, irracionales, cariñosos, ilógicos (¿quién busca lesionarse?, ¿quién sale a un partido a eludir una lesión?, es como aquel que dice: “Yo soy un ganador”. Vale, bien, se entiende. ¿Pero, es qué hay gente que juega para perder?)

Pero... en una madre se tiene tanta fe que el hecho que te lo diga es una razón para que no suceda. Las madres tienen un mando magnánimo, un aura de certidumbre que te hacen sentir que no te vas a lesionar. ¡No puedes contradecirla, y ya está! Pero el destino no tiene madre. Y por mucho que una madre lo ordene...

Como un entrenador, que antes de un partido te entrega el “scouting” (hojas donde se estudian las características del rival, sus sistemas, etc.) del otro equipo. Hoy te toca defender a La Bomba Navarro, lees sus características: “Puede penetrar a canasta con ambas manos, arma el tiro rápido por lo que es importante estar cerca de él. Cuidado con pegarse en exceso pues es listo para sacar faltas. No dejar de defenderle lejos del aro, puede sorprender con tiros de larga distancia (hasta 7 metros) con buenos porcentajes. Precaución con su primer paso, que no nos pille de sorpresa, excelente en tiros de 2 lanzando por encima del defensor. No enviarle a la línea de tiros libres ya que saca así muchos puntos...” Y llega el partido. Y Navarro te mete un triple. Y el entrenador grita:
-¡Que no te separes! ¿No lees el “scouting”?
-Sí, entrenador, sí.
Y le decimos que abandonados a lo irremediable.

Como a una novia que te explica la blusa que acaba de ver: “Es preciosa, con ribetes azules, los festones llegan hasta la rodilla; es de tirantes, muy ligera y, como para el verano no tengo casi nada... Además es de gasa y como es blanca la puedo combinar con todo... y encima está rebajada un 30%...”
-¿Pero me estas escuchando? ¿Me la vas a comprar?
-Sí, cariño, sí.

Y es que siempre existe lo ineluctable, causas inevitables... certezas. Caminos que van a Roma, la lluvia que va a parar al mar, Naranjito al 82, Chanquete al barco, Romay a una falta...